El Rosedal, patrimonio floral de Buenos Aires, vuelve a vestirse de color: cómo luce la primera gran floración del año

Cada primavera, el Rosedal de Palermo se convierte en uno de los escenarios naturales más admirados de Buenos Aires. Pero desde fines de octubre a principios de noviembre, el tradicional jardín porteño ofrece su mejor versión: la primera gran floración del año, que tiñe de color y aroma las 3,4 hectáreas que conforman este espacio histórico ubicado en el Parque 3 de Febrero.
En total, más de 8000 rosales de 93 especies diferentes florecen al mismo tiempo, en un espectáculo natural que atrae a vecinos, turistas, fotógrafos e ilustradores. Entre las variedades que componen esta colección se encuentran la Sevillana, la Johan Strauss, la Charles Aznavour, la Frederic Mistral y la Elina, de pétalos amarillos.

Según explicaron voceros de la Comuna 14, se trata de la primera floración posterior a la poda anual, un proceso que se realiza a fines de invierno y que garantiza una brotación pareja en todos los canteros. “Vivimos la primera floración después de la poda, que se da siempre a fines de octubre y principios de noviembre. Que además, como justamente florece pospoda, lo hace todo de forma pareja”, señalaron desde el área.
El Rosedal de Palermo no solo es uno de los lugares más visitados por los porteños: también goza de un reconocimiento internacional. Desde 2012, es el único jardín de América Latina distinguido por la World Federation of Rose Societies, un premio que lo ubica entre los más destacados del mundo. Cada año, los jurados internacionales visitan el lugar de manera anónima para verificar que conserve su excelencia en el cuidado y mantenimiento de las especies.
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Diseñado por el agrónomo Benito Carrasco, discípulo del reconocido paisajista Carlos Thays, el Rosedal ofrece una experiencia que va más allá de las flores. Entre sus senderos se encuentra el Jardín de los Poetas, donde bustos de figuras como Dante Alighieri, Antonio Machado, Jorge Luis Borges, Alfonsina Storni y Federico García Lorca rinden homenaje a la palabra escrita. También se puede recorrer el Patio Andaluz, recientemente restaurado, o disfrutar del reflejo de los rosales en el lago central.
El acceso al Rosedal es libre y gratuito, y puede visitarse de martes a domingos, de 8 a 19, aunque no se permite el ingreso con bicicletas ni mascotas. La floración principal, que se extiende entre fines de octubre y comienzos de noviembre, representa el momento ideal para recorrerlo y apreciar su esplendor.
Como complemento, quienes deseen seguir conectados con la naturaleza pueden visitar el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, ubicado justo frente al parque (Av. Infanta Isabel 555). Allí, hasta el 30 de noviembre, se exhibe la muestra “Un puñado de tierra”, del artista Andrés Paredes, que invita a reflexionar sobre el vínculo entre el ser humano y el entorno natural a través de plantas, mariposas y hormigueros.

En esta época del año, el Rosedal se consolida como un verdadero pulmón cultural y sensorial de la Ciudad: un rincón donde la belleza florece, literalmente, a cada paso.



















