Una de las calles más hermosas de CABA con aire europeo: tiene solo una cuadra y pasó por tres nombres distintos
Además de su arquitectura imponente y su estética europea, su gran diferencial es la calma. Se trata de una cuadra empedrada, silenciosa y rodeada de jardines con enredaderas que invitan a disfrutar del paseo.

Cuando pensamos en calles emblemáticas y cargadas de historia en la Ciudad de Buenos Aires, suelen aparecer nombres como la Avenida Melián, Gorostiaga o Arroyo, entre tantas otras. Pero muy cerca de esa zona, en pleno Belgrano, hay un rincón que esconde verdaderas joyas arquitectónicas.
Una de las calles más hermosas de Buenos Aires
Sin dudas, recorrer el Pasaje Malasia en Belgrano es casi como dar un paseo por la arquitectura europea: sus casas de estilo clásico y la presencia de la Embajada de Croacia le dan un encanto único. La mezcla de historia y elegancia convierte a esta calle en un destino imperdible para quienes disfrutan de los rincones con personalidad.

Ubicado muy cerca de la iglesia de San Benito Abad y rodeado de varias embajadas, el pasaje, que nace en Maure y Gorostiaga, condensa en apenas cien metros verdaderas joyas de la arquitectura europea en Buenos Aires. Con una sola cuadra, el Pasaje Malasia se volvió uno de los lugares más “instagrameables” de la ciudad.
Su gran diferencial es la calma: lejos del ruido, con adoquines que invitan a bajar un cambio y jardines con enredaderas que decoran las casas. Además, todas las viviendas mantienen una altura uniforme, ya que está prohibido construir torres y edificios sobre la traza, lo que ayuda a conservar su esencia original.
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Una cuadra y tres nombres diferentes
Antes de llamarse Pasaje Malasia, este rincón de Belgrano tuvo otros nombres. Durante años fue conocido como Cañita y, en 1931, pasó a llamarse Arribeños, siguiendo la continuidad de la calle que lleva ese nombre y que comienza unas tres cuadras más arriba, en Teodoro García. Recién en 1995 recibió su denominación actual, la que conserva hasta hoy.
Construcciones donde vale la pena detenerse
Todo el recorrido del pasaje es encantador, pero las construcciones más llamativas están del lado par. Entre ellas sobresale la casa de Malasia 854, una joya con fachada de estilo barroco arequipeño diseñada por el arquitecto Estanislao Pirovano, el mismo que proyectó la antigua Galería Mitre —hoy ex sede del diario La Nación— en Florida al 343.

Otra propiedad destacada es la de Malasia 888/894, cuyo diseño remite a los pequeños palacios de Florencia. Como ocurre con varias viviendas de la cuadra, está incluida dentro de las Áreas de Protección Histórica (APH) en la categoría C, destinada a construcciones que funcionan como referencia cultural y estética del entorno.

También llaman la atención otras casas del pasaje, como la de Malasia 850, reconocible por su frente de ladrillo rojo y su techumbre de pizarra negra. Y no pasa desapercibida la primera casa de la misma mano, ubicada en la esquina con Maure, a la que se accede por una pequeña escalinata que le suma aún más encanto.



















