Ideal para la mesa de Navidad: el postre que desplaza al pan dulce y promete convertirse en un nuevo clásico
Esta receta es fácil y podría transformarse en la nueva favorita de los argentinos. Ideal para los días de calor en diciembre y para los amantes de los frutos rojos.

Se acerca la temporada navideña y con ella los clásicos de siempre: el pan dulce, los budines y los turrones. Pero este año las tendencias cambian y así también lo hace la mesa dulce, con una nueva propuesta gastronómica que ganó mucho terreno: el cheesecake de frutos rojos.
Se trata de un postre fresco, moderno y sofisticado que ya conquista a quienes buscan renovar su menú festivo sin perder el espíritu de celebración. Además, con su textura suave y su inconfundible sabor cremoso, aparece como el candidato perfecto para sorprender a la familia y cerrar la noche con un toque elegante.

Con una receta fácil y sabores equilibrados, el cheesecake es uno de los favoritos de la Navidad. El relleno de queso crema le da suavidad y cremosidad, mientras que los frutos rojos, frescos o convertidos en compota, suman un contraste ácido que realza la dulzura del postre.
Receta de cheesecake de frutos rojos para Navidad
Ingredientes:
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- 250 g de galletitas tipo vainilla
- 100 g de manteca derretida
- 500 g de queso crema
- 200 ml de crema de leche
- 150 g de azúcar
- 1 cda de esencia de vainilla
- 3 huevos
- 200 g de frutos rojos (frescos o congelados)
- 3 cdas de azúcar extra para la compota

Paso a paso:
- Triturá las galletitas, mezclalas con la manteca derretida
- Presioná la mezcla sobre un molde desmontable
- Llevá a la heladera 20 minutos.
- Batí el queso crema con el azúcar y la esencia de vainilla
- Agregá los huevos de a uno y luego la crema de leche
- Volcá la mezcla sobre la base y horneá a 160°C por 45–50 minutos, hasta que el centro quede firme
- Colocá los frutos rojos con azúcar en una olla pequeña y cociná a fuego bajo hasta que espese
- Dejá enfriar el cheesecake, cubrilo con la compota o frutos rojos frescos y llevá a la heladera
- Lo ideal es prepararlo con un día de anticipación.
Cheescake, la torta que nació “por error”
Se cree que su nacimiento se remonta 4000 años antes de la era actual, allá por la Antigua Grecia, en concreto en la isla de Samos. No fue hasta el año 230 d.C cuando al escritor Ateneo se le atribuyó la autoría de la primera receta escrita del pastel de queso, en aquellos tiempos simplemente se calentaba el queso triturado en una cacerola de cobre con miel y harina para posteriormente dejarlo enfriar y servir.
Cuando Grecia fue conquistada por los romanos, la tarta de queso se convirtió en un motín de guerra. Ellos modificaron la receta incluyendo huevo y horneándola entre ladrillos calientes, la rebautizaron con el nombre de libuma y era un pastel que solo se servía en ocasiones muy especiales.

La adición del queso crema a la receta no llegó hasta 1872 cuando un fabricante quesero de Nueva York trataba de reproducir una variedad de queso francés, por casualidad obtuvo un queso suave y cremoso que años más tarde distribuyó envuelto en papel de aluminio y vendido en tiendas locales bajo el nombre de Philadelphia Cream.
El cheesecake es desde principios del siglo XX un icono dulce para los neoyorquinos, cada cafetería se precia de tener una versión propia de este pastel en sus menús.

















