Cómo preparar las tortas de Alcalá, un postre sevillano con sabor a tradición y una textura única

Originarias de Alcalá de Guadaíra, en Sevilla, las tortas de Alcalá destacan por su sabor intenso y su textura crujiente, convirtiéndose en uno de los dulces más representativos de la repostería andaluza. Elaboradas con ingredientes naturales, son ideales para disfrutar en cualquier ocasión.
Al igual que otros clásicos de Andalucía —como los pestiños, el tocinillo de cielo, las torrijas o los roscos de vino—, estas tortas combinan tradición y sencillez. Su preparación es relativamente simple, y el resultado final es un postre que sorprende por su aroma a anís, el toque tostado del ajonjolí y el contraste entre su exterior crujiente y su interior suave y esponjoso. Es común encontrarlas en pastelerías sevillanas, acompañadas de café o té.
Receta de torta de Alcalá
La receta tradicional se basa en una masa sencilla, aromatizada con anís en grano, ajonjolí y, opcionalmente, ralladura de limón. El aceite de oliva infusionado con las semillas aporta sabor y un color dorado característico. Tras un breve reposo para que la levadura haga su efecto, las tortas se estiran finamente y se hornean hasta adquirir un tono dorado, logrando un resultado ligero, crujiente y lleno de matices.

Ingredientes
- 250 g de harina de trigo
- 80 ml de aceite de oliva virgen extra
- 80 ml de agua templada
- 10 g de levadura fresca (o 3 g de levadura seca de panadería)
- 25 g de azúcar (más extra para espolvorear)
- 1 cucharada de anís en grano (matalahúva)
- 1 cucharada de sésamo (ajonjolí) tostado
- Ralladura de medio limón (opcional)
- 1 pizca de sal

Paso a paso
- Calentar el aceite de oliva a fuego bajo e incorporar el anís y el ajonjolí. Dejar infusionar unos minutos, removiendo para que no se quemen, luego retirar y dejar enfriar.
- Disolver la levadura fresca en el agua templada con una pizca de azúcar hasta que comience a burbujear. Si usas levadura seca, agregar directamente a la harina.
- Mezclar la harina, el azúcar, la ralladura de limón y la sal en un bol grande.
- Añadir el aceite infusionado y la mezcla de levadura con agua, integrando hasta obtener una masa homogénea y lisa.
- Amasar hasta que la masa quede suave y elástica, cubrir con un paño y dejar reposar en un lugar cálido aproximadamente 1 hora, hasta que doble su tamaño.
- Dividir la masa en porciones pequeñas y formar bolitas. Aplanar con un rodillo hasta obtener tortas finas de unos 10-12 cm de diámetro.
- Colocar las tortas en una bandeja con papel vegetal y espolvorear con azúcar.
- Hornear en horno precalentado a 200°C durante 10-12 minutos, hasta que los bordes estén dorados y crujientes.
- Dejar enfriar sobre una rejilla y conserva en un recipiente hermético.

Con su combinación de tradición, sabor y sencillez, las tortas de Alcalá se consolidan como un clásico de la repostería andaluza que se disfruta en cualquier ocasión. Crujientes por fuera, suaves por dentro y con el aroma inconfundible del anís y el ajonjolí, estas tortas conquistan cualquier paladar.