El frío extremo puede afectar a las plantas: cómo protegerlas de las heladas y cuáles son los cuidados necesarios

Se esperan nuevas heladas en Argentina que no solo podrían afectar a las personas y a sus rutinas diarias, sino que también son un riesgo para las plantas, que pueden sufrir daños irreversibles si no se toman medidas adecuadas.
Ante este panorama, es muy importante actuar a tiempo para evitar que las heladas perjudiquen la salud de las especies vegetales del hogar o del jardín. Si bien la mejor opción siempre es prevenir, existen formas efectivas de asistir a las plantas cuando ya fueron afectadas por el frío extremo.
Cuando la preparación previa falla o no hubo oportunidad de implementar protecciones, algunos métodos sencillos permiten minimizar los daños y aumentar las chances de recuperación de las plantas expuestas a las heladas.
Un recurso inmediato y accesible es el riego controlado. Aplicar agua a las plantas a primera hora de la mañana ayuda a equilibrar la temperatura y a rehidratar sus raíces. Es esencial que el agua utilizada esté a temperatura ambiente, siempre por encima de los cero grados.
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Cuidar las plantas de las bajas temperaturas
Además del riego matutino, existen prácticas que pueden ponerse en marcha para proteger a las plantas cuando las temperaturas descienden. Una de ellas es la utilización de mulching o acolchado, una capa de materia orgánica colocada en la base de las plantas. Este material conserva la humedad del suelo y actúa como aislante térmico.
Otra alternativa recomendada es la colocación de mantas térmicas o velos antiheladas. Estos tejidos livianos permiten el paso del aire y la luz, pero reducen el impacto directo del frío. Son ideales para cubrir plantas delicadas o cultivos en huertas familiares.
También es posible proteger las raíces amontonando tierra o paja en la base del tallo. Esta simple acción ayuda a conservar el calor del suelo y evita que las raíces sufran congelación durante las noches más frías.
Cómo actuar luego de la helada
Si las plantas ya fueron afectadas por las heladas, es importante no apresurarse a realizar podas. Aunque algunas partes parezcan dañadas o secas, podrían estar protegiendo tejidos internos aún sanos. La recomendación es esperar hasta que pasen los riesgos de nuevas heladas antes de hacer cualquier corte.
El riego diario, en cantidades moderadas, favorecerá la recuperación y evitará el estrés hídrico. Pulverizar las hojas con agua templada también puede revitalizar los tejidos expuestos al frío.

Por último, mantener las plantas en lugares reparados o trasladarlas a zonas resguardadas del viento y las heladas nocturnas será clave para asegurar su bienestar durante el invierno.
El equilibrio entre prevención y respuesta inmediata permite que las plantas superen las olas de frío extremo sin mayores complicaciones, garantizando su salud y desarrollo para la próxima temporada.