Una gran amenaza para los portaaviones de Estados Unidos: China incorpora un misil de crucero hipersónico a sus submarinos
La semana pasada, China paralizó la capital del país para mostrar su poderío armamentístico en un desfile militar que contó con la exhibición de tropas, armamento pesado y un sobrevuelo de aeronaves. Una de las amenazas más peligrosas fue el YJ-19, un misil de crucero hipersónico diseñado capaz de destruir a los portaaviones y grupos navales norteamericanos.
Estados Unidos preveía que, en caso de conflicto en Taiwán, su Armada debería estar lo suficientemente lejos de la costa china para evitar sufrir daños catastróficos. Lo que no sabía es que China puede estar planeando el despliegue de misiles en sus submarinos, virtualmente eliminando esa posible defensa de la US Navy.

Las dimensiones compactas del misil permiten ser disparados desde tubos lanzatorpedos estándar. Esto significa que podrían integrarse en toda la flota submarina china sin modificar la infraestructura existente.
De este modo, el YJ-19 revolucionará la guerra naval al combinar supervivencia intrínseca de los submarinos con misiles de crucero de velocidad hipersónica: China posee la capacidad de ataque hipersónico desde plataformas sumergidas contra cualquier flota enemiga, en el Indo-Pacífico y más allá.
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Cómo funciona el YJ-19
Tras ser lanzado desde un tubo lanzatorpedos, el YJ-19 emerge a la superficie impulsado por una primera etapa con motor químico. Alcanzado el Mach 5 —cinco veces la velocidad del sonido— entra en funcionamiento su scramjet, que utiliza el oxígeno del aire para mezclarse con el combustible y generar un empuje hipersónico sostenido a lo largo de todo el trayecto.
Gracias a esta propulsión continua, el misil puede cambiar de rumbo en pleno vuelo, evadir defensas antiaéreas y atacar con una precisión letal. Los especialistas estiman que su alcance es capaz de cubrir cualquier punto del planeta desde posiciones submarinas ocultas.
La tecnología scramjet del YJ-19 resuelve retos técnicos que Estados Unidos aún no logró superar. Mantiene una combustión estable a velocidades hipersónicas: para soportar temperaturas superiores a los 2.000 grados Celsius, el misil emplea materiales avanzados en su cono, las entradas de aire y los bordes de ataque.