Alemania y su propuesta de usar “drones contra drones” mientras crece la preocupación por la guerra asimétrica con Rusia

La reciente incursión de drones rusos en territorio de la OTAN expone una preocupante asimetría de costos que podría volver insostenible cualquier tipo de defensa convencional. ¿Está Europa preparada para esta nueva forma de guerra?
Los drones y una nueva forma de guerra. Foto: Web.
Los drones y una nueva forma de guerra. Foto: Web.

La amenaza de los drones bélicos es una constante en los tiempos que corren y los ejércitos y las naciones deben adaptarse a esta nueva forma de lucha si no quieren perecer. En ese sentido, Alemania se hace eco de esta problemática y busca contrarrestar potenciales hostilidades que pudiera sufrir.

Dentro de este contexto, el ministro federal del Interior, Alexander Dobrindt, hizo público su compromiso este domingo para fortalecer la defensa de su país contra drones enemigos.

Rusia derribó decenas de drones ucranianos. Foto: Reuters.
Los drones y una nueva forma de hacer la guerra. Foto: Reuters.

“Nuestro objetivo está claro: agrupar las competencias entre el Gobierno Federal y los estados federados para desarrollar nuevas capacidades de defensa policial y militar contra drones”, dijo el representante alemán, enfatizando una posición que ya había sostenido en anteriores oportunidades.

“Nos encontramos en una carrera tecnológica entre las amenazas de los drones y la defensa contra los drones, tanto en el ámbito híbrido como en el militar”, completó el ministro del Interior y dejó en claro que será tema de discusión de próximas reuniones con sus pares.

La OTAN, la amenaza de los drones rusos, la “tercera Guerra Mundial” y las asimetrías de los costos

No queda claro aún si la incursión de casi dos decenas de drones rusos en espacio aéreo polaco fue un acto intencionado del Kremlin con fines bélicos o si fue una movida estratégica para “poner a prueba” la reacción de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Ejército de Polonia en la zona donde impactó un dron ruso.
El Ejército de Polonia en la zona donde impactó un dron ruso. Foto: EFE

Cualquiera que haya sido el motivo que inspiró al Ejército ruso a invadir cielo polaco y por ende, cielo de la OTAN, lo cierto es que se podría catalogar como un movimiento inteligente por parte de los liderados por Vladímir Putin.

En efecto, se confirmó que los drones rusos derribados en la frontera polaca eran drones Gerbera, que están fabricados con madera contrachapada y poliestireno, los cuales son utilizados con frecuencia como señuelos.

De hecho, la inteligencia de defensa de Ucrania considera que su producción cuesta alrededor de 10.000 dólares cada uno.

Si se analiza esta cuestión, la reacción de la OTAN para contrarrestar una potencial escalada del conflicto (esto está en posición de análisis) fue con una respuesta mayor, que implicó el control aéreo de la zona con aviones cazas multimillonarios, que de por sí implican un costo mucho mayor a los supuestos 10 mil dólares de cada dron ruso derribado, y ya por solo poner en movimiento estos aviones, y el combustible que gastan, implican una erogación mucho más grande de dinero que lo que “invirtió” Rusia en este intercambio.

Otro punto fuerte que se dirime en estas cuestiones es sobre la creciente escalada bélica que siempre amenaza con explotar, pero que afortunadamente queda en amenazas.

La pregunta que surge, entonces, es si los drones rusos no hicieron más que salirse de una ruta planificada o si esa ruta planificada era justamente testear la respuesta y el poderío de la OTAN.

La contestación quedó clara por parte de la Alianza: demostración de su poderío e intenciones de frenar el avance. Lo que no quedó reflejado es si Rusia solo dio un aviso de lo que podría tener, o si simplemente este hecho pasará como una anécdota más de los inagotables enfrentamientos entre rusos y ucranianos desde febrero del 2022.

Las banderas de los miembros de la Alianza ondean en la sede de la OTAN en Bruselas, Bélgica. 2 de abril de 2025. Foto: REUTERS/Yves Herman
Las banderas de los miembros de la Alianza ondean en la sede de la OTAN en Bruselas. Foto: Reuters/Yves Herman.

Frente a esas preguntas sin respuestas, los países miembros de la OTAN siguen deliberando respuestas de defensa. Alemania es uno de ellos, y teje ideas para repartir gastos en nuevos sistemas de armas defensivos.

El militar de mayor rango del país teutón, el general Carsten Breuner, quizá sea uno de los que entienda que la guerra asimétrica en cuanto a costos no es algo viable: “Tengo una cosa clara: al final, probablemente tendremos que usar drones contra drones”, dijo en diálogo con la agencia de prensa Deutsche Presse-Agentur (DPA) en Berlín.

La duda queda planteada, la asimetría de costos para la defensa puede terminar calando hondo en las potencias europeas que quieran enfrentar a los rusos. A la larga, esto volvería inviable cualquier tipo de defensa.

En tanto, el Kremlin sigue con sus incursiones en espacios aéreos ajenos a su territorio, como también lo experimentaron Rumania y Estonia, mientras Europa Occidental observa con recelo y analiza las estrategias más costosas de respuesta.

Violación de cazas rusos al espacio aéreo de Estonia.
Violación de cazas rusos al espacio aéreo de Estonia. Foto: REUTERS

El problema surge cuando se entiende que la guerra con drones es una nueva forma de batalla, diferente a cualquier otra conocida, y resultará de vital importancia que los países en conflicto se adapten a esta nueva realidad, o perezcan en el intento.