La basílica más importante de CABA que debió mudarse: en su atrio se izó por primera vez en la ciudad la bandera de Belgrano
La historia es conocida y tiene su gen el 27 de febrero de 1812, en Rosario, la bandera fue enarbolada por primera vez. Pero detrás de ese hecho histórico se esconde la historia de su origen que va más allá del famoso mito basado en que Belgrano “miró al cielo” para “inspirarse” en los colores. Para esos años, Belgrano había sido enviado a Santa Fe para comandar un frente de batalla ante los realistas. Pidió una autorización para que sus soldados lleven una escarapela celeste y blanca con la excusa de que pudieran distinguirse del enemigo. Pero, ¿qué pasó en Buenos Aires?
La historia de cómo la bandera del prócer flameó por primera vez en la capital del Plata merece un capítulo aparte. Desde el lugar donde fue, que hoy ya no existe, pero sí gran parte de su inmobiliario, al hombre desconocido que lo hizo posible.

La bandera por primera vez en Buenos Aires
La primera capilla de San Nicolás de Bari fue construida en 1733 por orden de Domingo de Acassuso, al lado funcionaba un refugio para pobres y en 1767 fue reconstruida. Hasta su demolición, donde hoy está el Obelisco, prácticamente fue protagonista de los sucesos más destacados del país.
Allí fueron bautizados Mariano Moreno, Manuel Dorrego y Bartolomé Mitre, entre otros. Además, sirvió de depósito de armas y municiones durante las invasiones inglesas; el 23 de agosto de 1812 se izó por primera vez la bandera nacional en la Ciudad en su torre.
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El domingo 23 de agosto de 1812 el entonces alcalde de barrio, Juan Manuel Beruti, se animó a exhibir la bandera que ideó Belgrano. En las cuatro perillas de la torre de la iglesia colgaba una seda celeste y blanca, y otra enseña lo hacía de la ventana del coro, y todo el frente iluminado.
La ceremonia fue encabezada por el cura dominico Diego de Zavaleta y dio el sermón fray Mariano Piedrabuena, quien había estado junto a Belgrano cuando creó la bandera en Rosario en febrero de ese año. Del gobierno estuvieron Juan Martín de Pueyrredón, el gobernador intendente Azcuénaga, los dos alcaldes del Cabildo y el comandante de las tropas auxiliares de Chile, junto a su oficialidad.
¿Belgrano? Encabezaba lo que luego conoceríamos como Éxodo Jujeño como muchísimos problemas de salud: sufría de reuma, tenía una fístula en un ojo y padecía problemas digestivos. Pero el esfuerzo valió la pena porque con las victorias de Tucumán -el 25 de septiembre de 1812- y de Salta -el 20 de febrero de 1812- fueron de importancia para mantener el control del norte.

La demolición de San Nicolás de Bari
A comienzos de la década del 30 comenzaron las tareas para ensanchar Avenida Corrientes, a pesar del fuerte rechazo de la Iglesia Católica, la justicia avaló la decisión de demoler el edificio que se inició el 20 de agosto de 1931.

Dos meses después de iniciados los trabajos, la Iglesia ya había perdido la mitad de su estructura y para noviembre solo tenía el frente principal y la famosa torre que desapareció en diciembre. La nueva iglesia de San Nicolás de Bari fue trasladada a Avenida Santa Fe 1352 e inaugurada el 29 de noviembre de 1935.
Un dato de color es que Manuel Alberti, vocal de la Primera Junta de 1810, fue uno de los primeros párrocos de San Nicolás. Murió en 1811, siendo el primero de los miembros de la junta en fallecer, sus aún descansa en el mismo lugar donde fue enterrado: es decir, debajo del Obelisco.