Un consejo útil, pero poco difundido: ¿por qué jamás hay que comprar la carne ya picada en la carnicería?

Especialistas en seguridad alimentaria sugieren que no es recomendable llevarse la carne que ya estaba picada y expuesta en el mostrador.
Consejos útiles para comprar carne picada en la carnicería. Foto: Unsplash
Consejos útiles para comprar carne picada en la carnicería. Foto: Unsplash

Aunque resulte una opción práctica, comprar carne ya picada puede implicar varios riesgos para la salud. Este producto requiere una atención especial en su manipulación y almacenamiento debido a sus características particulares.

La carne molida tiene una mayor superficie expuesta y suele pasar por procesos que pueden afectar su calidad, por lo que es importante conocer ciertos aspectos antes de decidirse por esta opción en la carnicería.

Carne picada. Foto: Freepik.

Uno de los principales motivos para evitar la carne picada lista en bandejas es el riesgo de contaminación cruzada. Cuando la carne se pica y queda expuesta al aire, su superficie aumenta y eso facilita el crecimiento de bacterias peligrosas como la Salmonella o la Escherichia coli, sobre todo si no se mantiene el frío de forma correcta.

Además, muchas veces la carne que se usa no es fresca del día, sino que puede ser de cortes de menor calidad o mezclas de distintas partes. Por eso, es difícil saber de forma clara lo que se está comprando.

Pedir que piquen la carne en el momento, una práctica recomendada en carnicerías

Los especialistas aseguraron que lo más seguro es elegir el corte de carne y pedir que lo piquen en el momento. De esta forma se asegura el control sobre la calidad, la frescura y el tipo de carne que se elige. Además, también se reduce el tiempo de exposición al aire.

Para comprar carne picada de manera segura es clave elegir el corte (paleta, nalga, cuadrada o roast beef son los preferidos por su equilibrio entre sabor y contenido graso), pedir verla antes de picar (asegurarse de que la carne esté fresca, sin olor fuerte ni color apagado) y usarla enseguida o congelarla (la carne picada es mucho más perecedera que el corte entero).

También es importante verificar el aspecto de la carne (debe tener un color rojo brillante y evitar la carne que se vea grisácea o tenga un aspecto seco) y pedir un molido grueso que permita no solo apreciar mejor la calidad de la carne, sino que también reduzca el riesgo de que se añadan otros ingredientes para aumentar su volumen.