No es el fernet: un aperitivo argentino fue nombrado entre los mejores tres del mundo

Hace poco más de un año, Taste Atlas nombró al Amargo Obrero como uno de los mejores licores de hierbas del planeta. Luego de aquella mención, la lista se actualizó esta semana y el aperitivo se subió al podio mundial de la categoría en base al puntaje de los especialistas.
La bebida declarada como patrimonio cultural de la ciudad en 2017 no solo sigue entre las que tienen calificaciones más altas de la guía Taste Atlas. También se mantiene como el único representante del país y en el continente en el top 10 fuera de la competencia con el vermú, ya que no se utiliza vino para elaborarla.

El Amargo Obrero le ganó al fernet
La bebida que elaboró por primera vez la fábrica de Pedro Calatroni en Rosario está en el tercer puesto de la lista de licores de hierbas de Taste Atlas. La calificación promedio del sitio es de 4,1 estrellas sobre cinco, sólo superada por el Goldwasser de Polonia y el digestivo Averna.

Cómo es el Amargo Obrero de Argentina
El trago Amargo Obrero es color marrón oscuro y tiene un característico sabor a hierbas. Se creó en el 1887 como una alternativa de las bebidas dulces de las clases altas, y se convirtió en el aperitivo del pueblo argentino y en una bebida de la clase trabajadora.
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Según la descripción de Taste Atlas, “aunque se puede disfrutar solo, el amargo se usa típicamente en bebidas mixtas y, si bien lo estándar es combinarlo con tónica, otras sugerencias incluyen jugo de naranja, Coca-Cola o agua con gas“.
El Amargo Obrero
Fue creado en 1888 en Rosario por Pedro Calatroni y Antonio Taconi, diseñado como bebida popular en contraposición a los licores dulces de la burguesía y asociado a la cultura obrera.
Su nombre y origen están ligados al movimiento obrero anarquista, aunque también fue adoptado por el peronismo como el trago de la clase trabajadora. Con un sabor amargo y un 19% de alcohol, se consume principalmente con gaseosa de pomelo y hielo, y fue declarado patrimonio cultural de Rosario en 2017.

El proceso hasta convertirse en una bebida de consumo masivo comenzó en los años 50, cuando la empresa ya había cambiado de manos y de nombre.
Tacconi y Compañía hicieron una campaña de marketing cuya consigna principal aún puede verse en cada botella, donde se la identifica con el pueblo argentino. El licor de hierbas empezó a aparecer en distintos espacios populares, desde las canchas de fútbol hasta los hipódromos, pasando por los bodegones.