Escocia volvió a un Mundial tras 28 años: la feroz rivalidad con Inglaterra que llevó a admirar a Maradona y la cultura argentina
Un hito deportivo que los escoceses vuelven a conquistar desde la edición organizada por Francia en 1998. Historia de violencia y guerra que hoy se ve reflejada en las canchas contra su vecino.

La mayoría de las rivalidades futbolísticas suelen tener su gen en el barrio o país de donde son origen los clubes o selecciones involucradas. Hay algunas que van más allá de un sentimiento deportivo y se mezclan con la historia, la política y el factor social. El mejor ejemplo de ello es Escocia vs. Inglaterra, dos vecinos y países miembro del Reino Unido que se tienen poca simpatía.
En el caso de los escoceses, su rechazo a los ingleses es tal que en más de una oportunidad se los vio con máscaras de Maradona e incluso reversionando canciones en su honor para mostrarle al mundo que los enemigos de Inglaterra, son sus amigos. El origen es muy antiguo y podríamos situarlo en la época de la dominación escandinava y lejos está de tener un punto final. Hoy los Highlanders vuelven a un Mundial de fútbol tras 28 años y es una excusa ideal para profundizar sobre esta dinámica que va más allá de un capítulo de Outlander.

Origen de la rivalidad entre Inglaterra y Escocia
Los más de 300 años de unión entre Escocia e Inglaterra —desde el Tratado de la Unión de 1707— tuvo más enfrentamientos que otra cosa. Para eso hay que viajar aún más en el tiempo, más precisamente al año 122 a.C. cuando los romanos iniciaron la construcción del Muro de Adriano, del que sobreviven partes, para delimitar la frontera norte del Imperio romano y que, más o menos, dividía a ingleses de escoceses.
Amenazados por la dominación escandinava, los pictos y los escoceses se unieron bajo Kenneth MacAlpin, considerado el primer rey de los escoceses, que murió en el 858. Pero cuando la sucesión de su dinastía se convirtió en disputa, se invitó a mediar al rey de Inglaterra, Eduardo I, que acabó reclamando la corona, invadió Escocia en 1296 y fue bautizado ‘Martillo de los escoceses’.
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Las guerras de independencia escocesas se prolongaron hasta 1357, aunque el rey Roberto I Bruce había restablecido de facto la independencia con su victoria sobre las fuerzas inglesas en Bannockburn en 1314. El Tratado de Paz Perpetua de 1502, firmado por el rey de Jacobo IV de Escocia y Enrique VII de Inglaterra, buscaba poner fin a las periódicas guerras anglo-escocesas, e incluía el matrimonio entre Jacobo y una hija de Enrique, Margarita.

De ese modo se sentaron las bases de la Unión de las coronas de 1603, cuando el bisnieto de la pareja, Jacobo VI de Escocia, heredó la corona inglesa de la reina Isabel I. Los dos países permanecieron separados durante más de un siglo y en 1707, se firmó el Tratado de la Unión entre Escocia e Inglaterra, que ya comprendía Gales, y que dio nacimiento a Gran Bretaña.
Los escoceses de hoy no olvidan la matanza a los clanes y el intento por hacer desaparecer todo rasgo típicamente de la región como es su lengua, vestimenta y costumbres. A pesar de los años, hoy Escocia reivindica sus raíces célticas y el inglés convive con el escocés y el gaélico escocés.
También mantiene su bandera —la Cruz de San Andrés, evangelizador y patrón de Escocia— y su propio himno. Cada región/nación de Reino Unido, incluyendo por supuesto Escocia, tiene sus propias ligas deportivas y selecciones nacionales, una excepción internacional.
La rivalidad futbolística entre Escocia e Inglaterra es la más antigua en el ámbito futbolístico mundial: el primer encuentro entre ambos se jugó el 30 de noviembre de 1872 en Hamilton Crescent, Glasgow.

Tanto la proximidad geográfica entre ambos países como algunos hechos ocurridos a lo largo de la historia provocan una gran rivalidad entre sí que se refleja por lo general en diversas competiciones deportivas. El nacionalismo escocés también ha provocado este deseo de vencer a los ingleses, al que los medios escoceses se refieren como Auld Enemy (‘enemigo de antaño’ o ‘viejo enemigo’).
El amor por Maradona
Los escoceses admiran a Maradona por su genialidad, especialmente por sus goles contra Inglaterra en el Mundial de 1986, y la canción “La Mano de Dios” se ha vuelto popular en su país. El año pasado, durante la Eurocopa, The Tartan Army (así también se conoce a la hinchada), tomó la melodía del tema La Mano de Dios, perteneciente al cantante de cuarteto fallecido Rodrigo, y armó un hit muy pegadizo que ya generó sensación en redes sociales. En la filmación aparecen John McGinn y Andrew Robertson, figuras del Aston Villa y Liverpool.
“No somos Argentina, pero nosotros tenemos a John McGinn, John McGinn y Robbo en la banda, en la banda. Sin Escocia, no hay fiesta. Steven Clark’s Tartan Army. E incluso si no ganamos, ganaremos y bailaremos en Berlín, en Berlín. Sin Escocia, no hay fiesta. Steven Clark’s Tartan Army”, se expresa en la traducción del inglés al español.
Los hinchas se han mostrado cantando “Oh Diego Maradona… sacó a los ingleses, fuera, fuera!” y un grupo de fanáticos lució unas caretas en 2016 con el rostro del campeón del mundo durante el clásico británico con Inglaterra en Wembley, en un cruce válido por la clasificación al Mundial 2018.














