“El fútbol da vida”: el emotivo posteo de “Nacho”, el hijo de Miguel Ángel Russo

Ignacio ‘Nacho’ Russo convirtió este viernes el gol de Tigre en el empate 1-1 como visitante ante Newell’s Old Boys, apenas dos días después de la muerte de su papá, Miguel Ángel Russo.
El delantero de 24 años, que dedicó el festejo del tanto en honor a su progenitor, compartió una conmovedora publicación a través de su cuenta oficial de Instagram.

Con un carrusel de varias imágenes de ambos a lo largo de los años, Nacho escribió a corazón abierto en la descripción de posteo para enviarle un sentido mensaje a Miguelo. “Hola pa, sinceramente en este momento las palabras escasean por el nudo en la garganta y en la panza al escribir esto”, comenzó el texto como si estuviera hablando directamente con el ex mediocampista.
Y continuó: "Se me viene infinitos recuerdos y momentos, pero en todos predomina algo igual, tu sonrisa. Gracias a la vida pude hacer lo que a vos más te gusta, que es el futbol. Porque evidentemente el futbol da vida y pucha que te dio. Pero tomaste una decisión acorde a los que sos”.
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Finalmente, el emocionante posteo en redes sociales concluyó: “Espérame para hacer ronda de café y comer vigilante de batata. Te amo”.
Nacho Russo y el gol dedicado a Miguelo
En la igualdad entre Newell’s y Tigre el momento más emotivo fue el tanto del conjunto visitante, convertido por Nacho Russo, hijo del legendario entrenador que falleció el miércoles. El jugador corrió a plena velocidad al área chica del equipo rosarino y, cayéndose, empujó la pelota recibida con precisión desde la punta izquierda en un contraataque, para abrir el marcador.

Enseguida celebró de rodillas, lloró, fue abrazado por sus compañeros, luego miró al cielo y le dedicó la anotación a su padre. Acto seguido se levantó, se subió la camiseta hasta el pecho y enseñó un tatuaje de color azul con la frase “Todo se cura con amor”, que hizo célebre Miguel Ángel Russo durante su paso por Colombia, donde dirigió a Millonarios y le descubrieron el cáncer.
Ignacio Russo viajó a Rosario tras el velorio de su padre para jugar el encuentro con Tigre. “Fueron semanas, meses y días muy duros. Desde el club apoyaron mi decisión de jugar y Diego (Dabove -el entrenador-) sabía lo que estaba pasando. Hoy es un día para recordarlo con una sonrisa, que era algo característico de él. Le mando un beso al cielo”, señaló luego Nacho.