Envejecimiento saludable: el ejercicio que se debe hacer sí o sí después de los 50 años

Hace mucho tiempo, el objetivo de muchas personas dejó de ser “llegar a los 100 años”, sino envejecer de la forma más saludable posible. Durante la etapa de la “longevidad”, los ejercicios físicos pasaron a ser un gran aliado.
En este contexto, para poder estar más saludable en edades avanzadas, se recomienda hacer ejercicios de manera regular. Uno de los más aconsejados por los especialistas es la práctica de “equilibrio”.

El equilibrio es una de esas habilidades que todos dan por sentadas, aunque se preocupan cuando desaparece. A pesar de practicarlo con “naturalidad”, entran en juego una gran cantidad de interacciones.
El sistema nervioso central (cerebro y médula espinal), el sistema vestibular (cerebro y oído interno), el sistema visual, y una red de nervios como la de piernas y brazos entran en juego para lograr esta habilidad.
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Es uno de los sentidos que más fácil tiende a perderse conforme avanza la edad. Entre los músculos más importantes para seguir manteniendo el equilibrio se encuentran los glúteos, pero también los músculos del pie y tobillo.

A medida que pasan los años, esta habilidad comience a deteriorarse y aparecen los riesgos de caídas. Sobre todo entre los 50 y 60 años, es más notable cómo el cuerpo se deteriora y se siente menos estable.
Los cambios experimentados como: la falta de flexibilidad, la pérdida de masa muscular, el empeoramiento de la vista o reflejos más lentos, pueden afectar fuertemente este sentido.
Ejercicios para trabajar el equilibrio
Los profesionales recomiendan ejercitar la fuerza del glúteo medio en todas las posiciones, si es parado, que sea tomando el respaldo de la silla, con tobilleras, pesas en los tobillos o bandas elásticas.
Por otro lado, acostado y de costado, se puede trabajar el glúteo medio y la fuerza del glúteo mayor. Subir y bajar escaleras también puede contribuir enormemente.

Lo principal es entrenar cuádriceps, glúteos, isquiotibiales, pie y tobillo. Para esto, se recomienda trabajar en una buena postura corporal, con estiramientos y ejercicios de elongación.
Por último, las actividades como yoga, tai chi y pilates pueden contribuir enormemente a mejorar el equilibrio, y también todos los ejercicios que impliquen el esfuerzo de mantenerse estable mientras se está de pie.