No es todo hielo: descubren que la Antártida tiene más de 100 mil hectáreas de vegetación
El mapa de vegetación en la Antártida brinda información sobre la productividad de los ecosistemas. En particular, esto facilita el monitoreo del cambio climático y de las zonas más vulnerables del continente.

Un estudio inédito reveló que la vegetación en la Antártida cubre aproximadamente 107.000 hectáreas, una extensión comparable al tamaño de la ciudad de Berlín. Este mapeo representa el primer análisis exhaustivo de las zonas sin hielo del continente más austral del planeta.
El continente antártico posee una superficie total de 1.366 millones de hectáreas. Las áreas libres de hielo ocupan 2,4 millones de hectáreas, menos del 1% del territorio total.
De estas zonas descubiertas, cerca del 5% cuenta con flora, según el mapeo realizado por la red MapBiomas en base a imágenes satelitales.

Los cuatro tipos de vegetación en la Antártida
El estudio identificó distintas formaciones vegetales que prosperan en el continente helado:
- Líquenes
- Musgos
- Algas terrestres
- Gramíneas
Estas especies brotan principalmente en islas, regiones costeras y en la península antártica. También se encuentran en cumbres montañosas del interior del continente, donde las condiciones son extremas.
Es que esta flora crece en un ambiente donde las temperaturas máximas promedio en verano oscilan entre los 1° y 3°C, para las islas antárticas. En el interior, en la zona montañosa más alta, las medias son incluso peores: entre -15° y -30°C, con mínimas entre -20° y -35°C.
Un estudio clave para monitorear el cambio climático
La coordinadora del estudio, Eliana Fonseca, explicó que el mapeo realizado “es crucial” para hacer seguimientos de los impactos del cambio climático en el continente antártico. Es que las áreas libres de hielo son fundamentales para la fauna local.
Allí, “durante el verano nacen las crías de las especies animales que habitan este entorno (como los pingüinos)”, afirmó Fonseca. “Los nidos se construyen en zonas sin hielo, por lo que es importante mapearlos para un mejor seguimiento de la salud de estos animales”, señaló la experta.
El mapa de vegetación en la Antártida brinda información sobre la productividad de los ecosistemas. En particular, esto facilita el monitoreo del cambio climático y de las zonas más vulnerables del continente.
La Antártida, un termostato para el hemisferio sur
La importancia de la Antártida para el clima global es fundamental. Es allí donde se forman los frentes fríos que actúan en el hemisferio sur. Estos sistemas influyen en la temperatura y lluvias de toda la región.
“Debido a sus bajas temperaturas y a su extensa capa de hielo, el continente actúa como una importante fuente de masas de aire frío y seco", explicó Fonseca.
Estas masas funcionan como un termostato y repercuten en las temperaturas globales, destacó la coordinadora del estudio.
El mapeo enfrentó desafíos técnicos significativos. La falta de radiación solar durante los meses de invierno impide identificar las áreas libres de hielo fuera del verano.
Con la llegada del invierno, toda esta vegetación en la Antártida muere, dejando solo esporas, semillas y estructuras vegetativas. Todo esto, sin embargo, brotará nuevamente el verano siguiente en las mismas zonas.

















