No es la comida ni los juguetes: claves y consejos para hacer feliz a tu gato, según los veterinarios

Los especialistas en animales coinciden en que lo que verdaderamente mejora la vida de la mascota tiene más que ver con su entorno y rutina diaria. Los detalles.
Los comportamientos naturales del gato son claves para saber si es feliz o no
Los comportamientos naturales del gato son claves para saber si es feliz o no Foto: Unsplash

Al momento de adoptar o tener un gato, su felicidad pasa a un primer plano y los dueños suelen asociar que una buena comida o juguetes son influyentes para lograr el bienestar de la mascota. Sin embargo, los veterinarios no piensan así.

Los especialistas en animales coinciden en que lo que verdaderamente mejora la vida de un gato tiene más que ver con su entorno, rutina y, sobre todo, con el vínculo que forja diariamente con el humano.

Gatos Foto: Unsplash

A diferencia de los perros, los gatos no necesitan tanto estímulo externo para estar bien, pero sí sentirse seguros y que tienen el control sobre su espacio. A eso, hay que sumarle una rutina estable.

Analistas en comportamiento felino indican que lo que más influye en la felicidad de un gato es su capacidad para expresar comportamientos naturales: esconderse, observar, rasguñar y trepar a lo alto.

Teniendo en cuenta estas cualidades, los analistas señalan que si la casa o vivienda no le permite hacer estas actividades, el gato puede desarrollar conductas agresivas, estresarse o volverse apático.

El vínculo del gato con su dueño es vital para lograr su felicidad Foto: Unsplash

Por otro lado, los gatos necesitan afecto, aunque en sus propios términos: acariciarlos solo cuando lo piden, entender sus señales y respetar sus tiempos, pueden ser claves para lograr su felicidad.

10 consejos para hacer feliz a tu gato, según los veterinarios

  1. Colocar una camita cerca de una ventana para que pueda mirar hacia afuera.
  2. Darle acceso a lugares altos (árboles para gatos, estanterías o repisas).
  3. Dejarle cajas o escondites donde pueda refugiarse.
  4. Llevarlo al veterinario una vez al año, aunque parezca sano.
  5. Mantener una rutina diaria estable (comida, descanso o juego).
  6. No forzarlo a socializar: esperar a que él busque el contacto.
  7. Ofrecer rascadores verticales y horizontales.
  8. Prestar atención a su lenguaje corporal.
  9. Reservar momentos del día para jugar con él.
  10. Respetar su necesidad de dormir sin interrupciones.