Germán Luis Kammerath: “Carlos Menem, un hombre de estado que fue un actor… de la política mundial"

Germán Luis Kammerath, ex Intendente de la Ciudad de Córdoba, Diputado Provincial, Diputado Nacional y Vicegobernador de dicha provincia, brindó su opinión en radiojai.com sobre la emblemática figura del ex presidente argentino Carlos Saúl Menem.
A continuación, reproducimos lo expresado en dicho artículo:
-Una reciente serie de ficción argentina ha devuelto al centro del debate público la figura del expresidente Carlos Menem. La producción, con sus polémicas licencias narrativas, ofrece una mirada local, lineal, en muchos tramos superficial, de un líder político con características de estadista. Como suele ocurrir con las biopics dramatizadas, corre el riesgo de reducir a una figura de peso internacional a una silueta decorativa de época que ni se acerca a la realidad.

Lo que la pantalla no muestra -y que la historia sí exige recordar- es la dimensión internacional de Carlos Menem como estadista. Durante su presidencia (1989–1999), tejió una red diplomática de alto nivel que posicionó al país como un actor confiable en el escenario global. Es de destacar su vocación por cooperar en la paz del mundo, su alineamiento inteligente con Estados Unidos y Europa, su relación privilegiada con China y la Federación Rusa, la creación del Mercosur, su extraordinario vínculo con los países vecinos como Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Brasil y la satisfacción de haber recibido como presidente argentino a casi 100 jefes de estado del mundo en Buenos Aires. Su nexo activo y equilibrado con Israel y con el mundo árabe lo convirtió en un interlocutor valorado en el proceso de pacificación de Medio Oriente. El ingreso de Argentina al G20,la organización política internacional más importante del mundo, fue uno de los muchos hitos de su gestión internacional. Fue invitado de honor y orador ante las asambleas del Banco Mundial y del FMI (06/10/1998 en Washington DC), siendo presentado ante los miembros por el Presidente de Estados Unidos Bill Clinton, lo que constituyó un hito histórico para la inserción de Argentina en el mundo.
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Carlos Menem fue un actor de la compleja política internacional de su época. Debió recibir la presidencia de la Nación 6 meses antes de lo que le correspondía, en medio de la crisis hiperinflacionaria más grave de la historia, la insubordinación de parte de las fuerzas armadas y una crisis social sin precedentes. El anterior presidente, Raúl Alfonsín, declinó su presidencia ya que no supo, no pudo o no quiso tomar las decisiones que esa dramática hora ameritaba y se retiró dejándole a Menem la tarea de reconstruir el país. Eso no fue ficción. Es la historia pura y dura y Menem sí lo hizo.
En el caso de Medio Oriente y en especial de Israel, Menem cultivó relaciones personales con los presidentes Chaim Herzog y Shimon Peres, con los primeros ministros Yitzhak Shamir y Yitzhak Rabin (e indirectamente con su viuda Leah), y también con el líder palestino Yasser Arafat. Su participación en los años del proceso de Oslo -en un momento de máximo esfuerzo internacional por resolver el conflicto entre israelíes y palestinos- y luego en el Acuerdo de Wye River, lo convirtió en el único mandatario latinoamericano con protagonismo activo en esta agenda.
Una relación fraternal con Israel
Desde los primeros días de su presidencia, Menem forjó un vínculo especial con el Estado de Israel. A fines de 1989 recibió en la Casa Rosada al entonces presidente israelí Chaim Herzog, veterano de guerra, exembajador ante las Naciones Unidas y figura central en la diplomacia del Estado judío.
La reunión entre ambos líderes fue mucho más que un gesto simbólico. Herzog solicitó la intervención de Menem ante el gobierno sirio para mejorar la situación de los ciudadanos sirios de religión judía residentes en dicho país, sometidos a restricciones severas en su calidad de vida y en el ejercicio de sus derechos civiles. Menem, con discreción y compromiso, prometió hacer sus mejores esfuerzos.
En contacto directo con el régimen de Hafez al-Assad, con quien compartía raíces culturales ya que se trataba del país de sus orígenes, Menem llevó adelante esfuerzos diplomáticos en el sentido de la solicitud del presidente Herzog y logró obtener resultados concretos en medio de la complejidad de la relación entre Siria e Israel.
La intervención ante Bush: una causa humanitaria
En septiembre de 1989, durante su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Menem mantuvo su primer encuentro bilateral con el presidente George H. W. Bush. Al día siguiente, en el Salón Oval de la Casa Blanca, Bush le transmitió una petición directa:
“Carlos, usted tiene vínculos personales que nosotros no tenemos. Le pido que los use para garantizar el respeto humanitario hacia esos soldados.”— George H. W. Bush, Casa Blanca, 1989.
Se trataba de un pedido que le habían hecho a Bush los familiares de soldados israelíes que estaban detenidos en Siria, arrestados en una prisión alejada de ciudades importantes e inaccesible para sus familiares. Menem no dudó. Activó una gestión reservada con Damasco y, pocas semanas después, se produjeron avances humanitarios tangibles. Su capacidad para actuar con eficacia en un terreno altamente sensible reafirmó su prestigio internacional. Al año siguiente, al participar nuevamente en la Asamblea Anual de la ONU, los principales líderes de las organizaciones judías lo invitaron a un desayuno en el hotel Waldorf Astoria, ocasión en que le transmitieron su gratitud por el gesto que había dado resultado ante los líderes sirios.

La primera visita de un presidente argentino a Israel. La Guerra del Golfo y el agradecimiento de Shamir
El Presidente Carlos Menem efectuó una visita de estado a Israel en 1991. Fue recibido con honores por el Presidente Chaim Herzog y el primer ministro Yitzhak Shamir. Luego de los honores militares y protocolares junto a la sede del Parlamento, mantuvieron una reunión bilateral en el Hotel King David. Allí abordaron la situación regional, los desafíos del proceso de paz y el rol de Argentina como país promotor de la convivencia interreligiosa. “Argentina es una tierra donde conviven árabes y judíos, cristianos y musulmanes. Esa experiencia también es un mensaje para el mundo”, dijo Menem en ese encuentro. Asistió a la Universidad Hebrea, en donde recibió un doctorado honoris causa, y al Colegio Argentino. Realizó una visita a los lugares sagrados de cristianos, musulmanos y rezó en el Muro de los Lamentos. En el Museo del Holocausto presentó los honores en recuerdo de las victimas de esa terrible tragedia. Fue una visita de alto impacto emocional que dejó huellas en Menem, su delegación y en los líderes y la población israelí.
Semanas más tarde, en plena Guerra del Golfo, la Argentina se sumó activamente a la coalición internacional liderada por Estados Unidos. En ese contexto, Irak lanzó misiles scud contra Israel con el objetivo de provocar una represalia militar que fracturara la coalición, de la que también formaban parte varios países árabes.
Israel decidió no responder. En el libro de memorias del Primer Ministro Shamir, Summing Up, recuerda una llamada telefónica clave:
“Menem comprendió el enorme sacrificio que significaba no responder. Me dijo: ‘Preservar esa coalición es clave para la paz futura de toda la región. El pueblo israelí está dando una lección de contención histórica’.”— Yitzhak Shamir, 1994.
Shimon Peres: amistad, respeto y solidaridad
Durante su visita oficial a Israel, además de ser recibido con honores por el gobierno en funciones, Menem quiso reunirse con una figura clave del laborismo israelí: el líder de la oposición Shimon Peres. Luego de los actos en Jerusalén, viajó a Tel Aviv donde mantuvieron una reunión privada que se transformaría en el inicio de una relación de respeto profundo y afecto mutuo.
Peres, premio Nobel de la Paz, vio en Menem a un líder singular del sur global, comprometido con el diálogo y la convivencia. Desde entonces, mantuvieron un vínculo fluido, con intercambios epistolares, llamadas y mutuas expresiones de admiración. Esa relación fue puesta a prueba años después, cuando Menem fue arrestado en Argentina en un controvertido proceso judicial. En ese contexto, Peres lo llamó personalmente:
“Carlos, sé quién sos y lo que hiciste por la paz. Esta injusticia no te define. Te espero en Israel cuando estés libre.”— Shimon Peres, comunicación telefónica, 2001.
El llamado no solo expresó solidaridad personal, sino el reconocimiento político e histórico a la trayectoria internacional de Menem.
El Cairo: el voto decisivo para Boutros-Ghali
Tras su paso por Jerusalén, Menem visitó Egipto. En su encuentro con el canciller Boutros-Ghali y con el presidente Hosni Mubarak, comprometió el voto argentino en la ONU a favor de la candidatura egipcia a la Secretaría General.
Ese respaldo fue clave para su elección en diciembre de 1991. Argentina fue uno de los primeros países latinoamericanos en respaldarlo. El gesto ratificó el rol de Menem como un actor eficaz en la diplomacia multilateral, capaz de tejer alianzas más allá de los bloques tradicionales.
Arabia Saudita y la mezquita de Palermo
Si de gestos llamativos y poco comunes se trata, la relación entre Carlos Menem y Arabia Saudita ofrece uno particularmente notable: la construcción de la Gran Mezquita de Palermo, en Buenos Aires. La obra fue posible gracias a la gestión personal del presidente argentino ante el rey Fahd, jefe del Estado saudita y custodio de los lugares sagrados del Islam, como las mezquitas de La Meca y Medina. La donación de Arabia Saudita -un hecho inusual fuera del ámbito islámico- se concretó como un símbolo de respeto, diálogo interreligioso y diplomacia cultural. Inaugurada en 2001, es uno de los centros islámicos más importantes de América Latina. Hoy es un centro de oración y educación y también un atractivo arquitectónico y turístico de gran importancia para la comunidad musulmana en América Latina.
Pero el vínculo entre Menem y la casa real saudita trascendió los canales institucionales. En vísperas del Mundial de Fútbol de 1994, y a pedido del propio rey, Menem facilitó la contratación de un entrenador argentino para dirigir el seleccionado nacional de Arabia Saudita. Fue así como Jorge “el Indio” Solari asumió como director técnico y condujo al equipo saudí a una performance histórica: por primera vez en su historia ese seleccionado alcanzó los octavos de final en una Copa del Mundo.
Este episodio, que combinó fútbol, diplomacia y cooperación entre culturas, simboliza la particular manera en que Menem entendía la política internacional: como un campo de vínculos humanos, de puertas abiertas y de gestos que trascienden los manuales diplomáticos tradicionales.
El gesto no sólo consolidó el vínculo con el mundo árabe, sino que reforzó el perfil pluralista de la política de Menem, que entendía la convivencia religiosa como una herramienta de paz interior y exterior. También visitó Jordania, Siria, Marruecos, Líbano y otros países árabes además de Kuwait, ya como ex presidente, junto con el ex presidente de EEUU George Bush con motivo de la fiesta del décimo aniversario de la Liberación de Kuwait. Allí fue recibido como un “libertador” junto con otros jefes de estado que ayudaron a Kuwait a salir del yugo de Hussein.
El legado de una diplomacia de paz
Carlos Menem no fue un mediador formal en el conflicto de Medio Oriente, pero sí un facilitador con influencia real. Su participación en momentos clave del proceso de Oslo, y luego en el Acuerdo de Wye River, fortaleció sus lazos con Peres, Rabin, Leah Rabin y Arafat, y su empatía genuina por el dolor de ambos pueblos lo distinguieron como un líder diferente en la región.
En una era dominada por bloques, alineamientos automáticos y discursos duros, Menem ofreció otra lógica: la de un país del sur, abierto al diálogo, capaz de hablar con Washington y con Damasco, con Jerusalén y con El Cairo, con Tel Aviv y con Gaza y Ramallah.
Hoy, cuando la violencia vuelve a amenazar la esperanza de paz, recordar el legado internacional de Menem -más allá de la ficción- es también un acto de justicia histórica.
Fuentes:
1. Canal 26: “La segunda visita de Menem a Estados Unidos en 1999” (22 de julio de 1999)
2. Radio Jai: “La histórica visita de Menem a Israel”
3. Clarín: “La historia de una donación”, 20/09/2000
4. La Nación: “Menem, el único invitado”, 03/01/2001
5. Clarin: “Hoy habla Menem” 06/10/98 (FMI/Banco Mundial)
6. La Capital: “Shimon Peres se solidarizó con Menem y lo invito a visitar Israel”, Junio de 2001
7. La Nación: “Menem, el único invitado argentino”, 3 de enero de 2001
8. Otras: Jewish Telegraphic Agency y UPI