Estados Unidos diseña un armamento con velocidades supersónicas que elude cualquier tipo de sistema de defensa

En la batalla armamentística, Estados Unidos demostró convicción con la incorporación de mísiles hipersónicos, capaces de romper con velocidades superiores a Mach 5, y sembrar pánico entre las principales potencias mundiales.
Las armas hipersónicas representan una de las transformaciones más disruptivas en la tecnología militar contemporánea.

Se trata de sistemas de misiles capaces de alcanzar velocidades superiores a Mach 5 (más de cinco veces la velocidad del sonido), mientras mantienen un vuelo bajo que les permite eludir sistemas de defensas tradicionales.
Estados Unidos destinó multimillonarias inversiones para el desarrollo de estas capacidades, mediante programas como el “Dark Eagle” y “Conventional Prompt Strike” (CPS), diseñados para una respuesta efímera y precisa contra objetivos estratégicos.
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Desde una perspectiva geoestratégica, estas armas constituyen un salto cualitativo en el poder militar, consolidando la disuasión frente a adversarios de alto nivel tecnológico como China y Rusia, quienes también avanzaron en sus propios programas hipersónicos.
Las armas hipersónicas de Estados Unidos
El desarrollo de misiles hipersónicos como el Dark Eagle, CPS y el Hypersonic Attack Cruise Missile (HACM) inaugura una nueva era en la doctrina militar moderna, centrada en tres pilares: precisión, sorpresa y velocidad.
A diferencia de los misiles tradicionales, estos proyectiles viajan a velocidades superiores a Mach 5, maniobran en pleno vuelo y alcanzan objetivos protegidos o en movimiento con una anticipación nunca antes vista.

Además de compañías como Lockheed Martin y Raytheon, empresas como Anduril Industries y Kratos Defense están irrumpiendo con misiles más económicos, modulares y producidos mediante impresión 3D.
Muchas de estas armas ya fueron entregadas en fases de prueba a unidades del Ejército y la Marina de los Estados Unidos. Se prevé que estén totalmente operativas antes de 2026.

Por su parte, China ya desplegó su misil DF-ZF, conocido como “asesino de portaaviones”, y Rusia usó su Kinzhal en Ucrania, demostrando que esta tecnología ya está siendo utilizada en el campo de batalla.